Publicidad y marketing con IA: cómo mantener la conexión humana

En el mundo de la mercadotecnia y la publicidad, la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta cotidiana. Hoy, los algoritmos analizan datos en segundos, las plataformas generan diseños personalizados y los chatbots atienden a clientes en cualquier momento del día. La IA es, sin duda, se ha convertido en un motor de eficiencia: reduce tiempos, optimiza presupuestos y permite llegar al público adecuado con una precisión que antes era impensable. Pero en este escenario de automatización, surge una pregunta: ¿qué pasa con lo humano? Hagamos memoria, las campañas que realmente dejan huella son las que han mostradola capacidad humana de contar historias, de conectar emocionalmente con las personas y de entender contextos sociales y culturales que un algoritmo aún no alcanza a interpretar. Por ejemplo, la campaña “Share a Coke” de Coca-Cola, que reemplazó el logo de la botella por nombres propios, logró que millones de personas se sintieran reconocidas y conectadas con la marca, generando experiencias personales y compartidas que ningún algoritmo podría haber predicho con tanta precisión. Lo que hace la IA en marketing Lo que nunca va a suplir Segmenta audiencias con precisión y rapidez La sensibilidad para entender cambios sociales y culturales Automatiza campañas y flujos de comunicación La creatividad disruptiva que genera ideas memorables Analiza métricas y optimiza presupuestos en tiempo real La intuición para detectar insights emocionales en el consumidor Genera múltiples versiones de anuncios y copies La capacidad de contar historias auténticas y con propósito Personaliza mensajes a escala masiva La empatía para construir relaciones genuinas con las personas Más allá de la optimización: la conexión La publicidad no vive únicamente de métricas. Vive de la capacidad de inspirar, provocar y emocionar. La IA puede sugerir el mejor horario para publicar un anuncio o generar cien versiones de un banner en segundos, pero es el criterio humano el que decide qué mensaje merece ser escuchado y cómo se integra en una narrativa más amplia. El equilibrio perfecto: IA con corazón El reto de las agencias y los equipos de marketing no es elegir entre la IA o lo humano, sino aprender a combinarlos. En ese balance está el verdadero valor: usar la tecnología como una extensión de nuestras capacidades sin perder de vista que la publicidad más efectiva sigue siendo aquella que se siente cercana y genuina.Pero junto a esa evolución surge una verdad innegable: la conexión humana sigue siendo insustituible. El futuro de las agencias no está en elegir entre IA o talento humano, sino en unirlos. Tecnología con estrategia, datos con intuición, optimización con emoción. Esa combinación permite que la publicidad sea más efectiva, cercana y auténtica. En conclusión, la publicidad del futuro será híbrida: IA para la precisión, humanidad para la conexión. ¿Quieres vivir de cerca cómo combinamos IA y creatividad en proyectos reales? Conoce más sobre nosotros en https://ayree.com.mx/quienes-somos/ Quieres despegar tus ideas, contactanos hoy mismo Agenda una llamada gratuita con nuestro equipo consultivo. En 30 minutos descubriremos cómo llevar tu negocio a nuevas alturas.
¿Quieres impulsar tu marca? Empieza a contar historias reales con microinfluencers y UGC

Influencers, microinfluencers y el nuevo poder del storytelling ¿Te has preguntado por qué cada vez que entras a Instagram o TikTok terminas queriendo comprar algo? Spoiler: no es casualidad. Hoy más que nunca, los influencers, microinfluencers y creadores de contenido UGC (contenido generado por usuarios) están al mando del marketing digital. Son la voz que las marcas usan para conectar, emocionar y vender… pero, sobre todo, para contar historias reales. Las reglas del juego han cambiado Durante años, la publicidad fue sinónimo de anuncios masivos y celebridades. Pero eso ya no conecta. Lo que funciona ahora es la autenticidad. Y aquí es donde entran los microinfluencers y los llamados creadores de contenido UGC (User Generated Content). Gente “común”, con una estética cuidada, una buena cámara (o un celular decente) y, lo más importante: credibilidad. Ya no basta con decir “mi producto es el mejor”. Hoy lo que vende es que alguien como tú que diga “lo probé y me encantó”. ¿Qué tienen las personas que las grandes empresas no? Los microinfluencers (entre 1,000 y 100,000 seguidores) no son celebridades, pero sí referentes cercanos. Tienen una comunidad que confía en ellos, que les responde, que los escucha. Son especialistas en nichos. Y eso es oro. Un caso de éxito: